El suspense está servido…
DUELO * El diablo sobre ruedas
de Steven Spielberg
* Para ver la película completa pulsa aquí en: Duel, o en: http://video.google.es/videoplay?docid=5370479393460637420&q=duel&total=36541&start=0&num=10&so=0&type=search&plindex=0
Más turbadora que una película de terror. Es de una angustia extrema. Opresora. Te hace sentir con una impotencia de tal magnitud que echarías a correr de la sala de cine. Pero no puedes, estás atrapado por la tensión de la incertidumbre ¿qué va a pasar?
Spielberg hace que el espectador se sienta implicado, como si el protagonista fuera él mismo. Como si el espectador mismo estuviera en la carretera bajo una persecución implacable, asesina, obsesiva de un camión amenazador, monstruoso. -¡Ya está otra vez detrás, cómo escapar! !Ayuda…¡ -piensa el espectador- ¿Cómo saldría yo de esta, si me pasara a mí…?
Sí, Spielberg hizo una obra maestra del suspense. Prolífico director de los más diversos géneros de cine (ficción, suspense, aventuras, históricas, etc.), nos presenta aquí la persecución implacable de un loco camionero (que ni si quiera aparece en la pantalla, logrando así más angustia del perseguido y del espectador; recordad la escena en la cafetería buscando quién es el camionero) contra un conductor normal y corriente, algo timorato, sentado correctamente con las dos manos en el volante (Spielberg cuida hasta estos detalles), que usa su estimado y cuidado automóvil para su trabajo, conduciendo sin riesgos, coche limpio y cinturón de seguridad abrochado. Pero de viaje por la carretera se encuentra acechado por un camión(ero) paranoico… En este film no hay ficción. Todo es posible.
Las tomas más significativas de la película: las del morro del mastodóntico camión, el amenazante morro siempre al acecho.
Los primerísimos planos en movimiento del veloz camión, crean tensión y zozobra.
El uso de la jirafa móvil y la cámara fija en el morro o en la parte trasera de los vehículos es constante en este film de Spielberg, rodado en 1971, con en director de fotografía Jack A. Marta.
Esta película podría ser muda, pues no hay diálogos significativos. Sin saber inglés puedes entenderla perfectamente, porque en este film hablan las imágenes, las tomas, los planos, la puesta en escena.
El espectador siente el olor del humo del camión, lo huele.
El agobiante calor, que va aumentando con la tensión, se refleja constantemente (pero sin exagerar) en el rostro del acechado automovilista, David Mann, encarnado por Dennis Weaver.
En la fatalista escena en que a este, subiendo la cuesta, se le “rompe” el motor, Spielberg hace tomas fijas y rápidas del velocímetro, del amperímetro y de la alarma del aceite, para alternarlas con el humo de su motor gripado; lo cual, sin mediar palabra, hace entender al espectador el momento crítico en que David no puede parar el coche, porque el camión le persigue, y debe llegar al final de la cuesta para poder iniciar velozmente la bajada en punto muerto (el director capta la “N”, de marcha neutral, en una toma fija de unos pocos segundos) y procurar escapar de él. El drama está servido.
No hay pérdida de ritmo en la película. En los momentos de descanso del angustiado automovilista, o cuando este piensa que se ha deshecho del camión, Spielberg, con la música o con ruidos lejanos de motores (que no siempre son del camión), hace planear el suspense en el ambiente, lo cual da continuidad al ritmo del film.
Una película de infarto, no apta para cardíacos, que te mantiene en una ansiedad constante. De tal manera que cuando aparecen los títulos de los créditos finales, caes abatido en la butaca, y con un profundo respiro piensas: por fin, ya se ha acabado. ¡Uff!...
Genial film por su peculiar originalidad, y por las características reseñadas en este artículo: suspense, tensión, ritmo y acción, conseguidos con toda la profesionalidad de un maestro del arte cinematográfico como Steven Spielberg.
Valoración *****
Juan Bertrán
04/06/2008
DUELO * El diablo sobre ruedas
de Steven Spielberg
* Para ver la película completa pulsa aquí en: Duel, o en: http://video.google.es/videoplay?docid=5370479393460637420&q=duel&total=36541&start=0&num=10&so=0&type=search&plindex=0
Más turbadora que una película de terror. Es de una angustia extrema. Opresora. Te hace sentir con una impotencia de tal magnitud que echarías a correr de la sala de cine. Pero no puedes, estás atrapado por la tensión de la incertidumbre ¿qué va a pasar?
Spielberg hace que el espectador se sienta implicado, como si el protagonista fuera él mismo. Como si el espectador mismo estuviera en la carretera bajo una persecución implacable, asesina, obsesiva de un camión amenazador, monstruoso. -¡Ya está otra vez detrás, cómo escapar! !Ayuda…¡ -piensa el espectador- ¿Cómo saldría yo de esta, si me pasara a mí…?
Sí, Spielberg hizo una obra maestra del suspense. Prolífico director de los más diversos géneros de cine (ficción, suspense, aventuras, históricas, etc.), nos presenta aquí la persecución implacable de un loco camionero (que ni si quiera aparece en la pantalla, logrando así más angustia del perseguido y del espectador; recordad la escena en la cafetería buscando quién es el camionero) contra un conductor normal y corriente, algo timorato, sentado correctamente con las dos manos en el volante (Spielberg cuida hasta estos detalles), que usa su estimado y cuidado automóvil para su trabajo, conduciendo sin riesgos, coche limpio y cinturón de seguridad abrochado. Pero de viaje por la carretera se encuentra acechado por un camión(ero) paranoico… En este film no hay ficción. Todo es posible.
Las tomas más significativas de la película: las del morro del mastodóntico camión, el amenazante morro siempre al acecho.
Los primerísimos planos en movimiento del veloz camión, crean tensión y zozobra.
El uso de la jirafa móvil y la cámara fija en el morro o en la parte trasera de los vehículos es constante en este film de Spielberg, rodado en 1971, con en director de fotografía Jack A. Marta.
Esta película podría ser muda, pues no hay diálogos significativos. Sin saber inglés puedes entenderla perfectamente, porque en este film hablan las imágenes, las tomas, los planos, la puesta en escena.
El espectador siente el olor del humo del camión, lo huele.
El agobiante calor, que va aumentando con la tensión, se refleja constantemente (pero sin exagerar) en el rostro del acechado automovilista, David Mann, encarnado por Dennis Weaver.
En la fatalista escena en que a este, subiendo la cuesta, se le “rompe” el motor, Spielberg hace tomas fijas y rápidas del velocímetro, del amperímetro y de la alarma del aceite, para alternarlas con el humo de su motor gripado; lo cual, sin mediar palabra, hace entender al espectador el momento crítico en que David no puede parar el coche, porque el camión le persigue, y debe llegar al final de la cuesta para poder iniciar velozmente la bajada en punto muerto (el director capta la “N”, de marcha neutral, en una toma fija de unos pocos segundos) y procurar escapar de él. El drama está servido.
No hay pérdida de ritmo en la película. En los momentos de descanso del angustiado automovilista, o cuando este piensa que se ha deshecho del camión, Spielberg, con la música o con ruidos lejanos de motores (que no siempre son del camión), hace planear el suspense en el ambiente, lo cual da continuidad al ritmo del film.
Una película de infarto, no apta para cardíacos, que te mantiene en una ansiedad constante. De tal manera que cuando aparecen los títulos de los créditos finales, caes abatido en la butaca, y con un profundo respiro piensas: por fin, ya se ha acabado. ¡Uff!...
Genial film por su peculiar originalidad, y por las características reseñadas en este artículo: suspense, tensión, ritmo y acción, conseguidos con toda la profesionalidad de un maestro del arte cinematográfico como Steven Spielberg.
Valoración *****
Juan Bertrán
04/06/2008
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