Un corto que perdurará
BALANCE
Un impecable filme de animación, que con una estética simplista estudia el comportamiento humano en cuanto a la codicia.
Situados encima de una plataforma sustentada en el vacío -la humanidad está en el vacío del universo- y en un frágil equilibrio de subsistencia, cinco humanoides representan con sus actitudes y movimientos la esencia de uno de los 7 pecados capitales.
Los humanoides, dibujados en cada situación con un expresivo rostro “sin rostro”, somos nosotros, números en una sociedad impersonal, que nos imitamos, por envidia, los unos a los otros.
Cuando aparece el tesoro en escena, representada por una caja de apertura incógnita, es cuando cada uno de ellos se mueve sin compasión, en un inteligente juego de situaciones, para arrebatárselo al otro.
Esto, qué es sino que la representación misma de la sociedad y sus circunstancias.
Es un corto, de expresión fría, pero de intenso dramatismo. Hace recapacitar sobre nosotros mismos. Y al final, el fracaso, la soledad, la soledad después de matar, que conlleva a la no subsistencia del ser humano… ¿desdichados humanos o simples humanoides en el vacío estelar?
Este corto, representación de los infravalores humanos, está acompañado de una particular banda sonora, donde únicamente se oyen ruidos y tenebrosas percusiones en el vacío.
Esta es la perspectiva en el visionado a día de hoy, pero también debemos situarnos en los miedos que surgían en los tiempos en que se realizó este filme, 1990.
El derribo del muro de Berlín, la reunificación de las dos alemanias, la secesión de las repúblicas de la URSS, la caída del comunismo; todo ello suponía un temor del futuro de la sociedad, en especial de la alemana occidental. Con la fusión alemana la riqueza debería repartirse en este “nuevo” país y ello acrecentaba los temores.
Los humanoides, con el número marcado en la espalda podían representar perfectamente a la impersonal sociedad alemana oriental a la búsqueda del tesoro occidental. El corto, rodado en aquel año tenía, sin lugar a dudas, su sentido particular.
Todo es vacío, todo es frío, pero con gran sentido y brillante lectura en esta premiada obra de Wolfgang y Christopher Lauenstein realizada en Berlín el año 1990.
Los responsables de ella, los hermanos Lauenstein, son fundadores de la compañía de producciones filmográficas Lauenstein & Lauenstein, y consiguieron ganar, por medio de Balance, el Óscar de la Academia al mejor corto de animación.
Estos gemelos alemanes combinan técnicas de animación de arcilla, marionetas y realización por computadora, para producir obras como la comentada, y muchas otras. Han llegado a producir propagandas televisivas para MTV, Coca-Cola e incluso Nike.
Sin lugar a dudas, este corto tiene una visión que perdurará inmutable en la oscuridad de los tiempos, la temática del mismo es inmortal, la realización, impecable.
Juan Bertrán Brotons
08/08/2008
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