domingo, 27 de septiembre de 2009

MAPA DE LOS SONIDOS DE TOKIO

MAPA DE LOS SONIDOS DE TOKIO

de Isabel Coixet

Isabel Coixet ha caído víctima de su propio ego. Ha querido hacer un thriller tan sumamente intimista (la intimidad es el fuerte de Coixet), escribiendo ella misma el guión y dirigiendo el filme hasta sus últimas consecuencias y detalles, intentando trasladar al espectador la interioridad de los personajes, evocando planos de detalles tan pormenorizados, que el resultado final es una película donde se ha pasado en los tiempos, consecuentemente un film lentísimo.

Donde el guión adolece de incongruencias (demasiado enrevesada), por lo tanto alejándose de una “realidad” que, sin duda, la hubiera podido hilvanar perfectamente (tiene demostradas capacidades para ello).

Donde a abusado de los primerísimo primeros planos, (aunque hay algunos, pocos, planos magníficos, con el detalle principal en una esquina).

Donde ha forzado la cámara siempre en movimiento (cámara al hombro).

Donde los diálogos siendo escasos, no han reflejado la intimidad que quería, sabiendo que es muy difícil hacer unos diálogos con contenido, que no siempre acaben siendo lapidarios.

Y sin embargo, no ha sido capaz de corregir el bajo nivel interpretativo que en esta ocasión hace Sergi López. Al menos hubiera podido doblarlo, pues su dicción deja mucho que desear.

No todo tiene que ser negativo, así la banda sonora es envidiable, y la fotografía (excepto lo mencionado más arriba) es de muy alta calidad. En estos dos aspectos no ha prescindido de su equipo habitual. Pero en el guión y el diálogo, bien hubiera podido dejar aconsejarse.

Otro aspecto bien conseguido son, sin lugar a dudas, las escenas de sexo, reales, pero siempre insinuantes, elegantes.

Coixet ha querido hacer “tanto de todo” que solo ha logrado una película mediocre.

Sabido es por todos (véanse entrevistas, artículos, etc) que Isabel Coixet adolece de exceso de orgullo. Aunque diga que no lo es, le sale por los poros. Espero que la mediocridad de este film le sirva para que retorne a la humildad (al menos, cinematográfica) necesaria para producir de nuevo las excelentes obras que hasta la fecha ha hilvanado. A veces es necesaria una caída para darse cuenta de los errores o excesos, y levantarse con más fuerza y serenidad.

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SINOPSIS: Narra la historia de una asesina a sueldo (Rinko Kikuchi) de Tokyo que esconde su profesión bajo la apariencia de vendedora en un puesto de un mercado. Kikuchi (nominada al Oscar por su papel de joven sordomuda en "Babel") interpreta a la criminal, mientras que Sergi López encarna al dueño de una tienda de vinos en Tokio.

Puntuación: **** (sobre 10)

Juan Bertran Brotons

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Directora: Isabel Coixet

Reparto: Rinko Kikuchi, Sergi López, Min Tanaka, Manabu Oshio, Takeo Nakahara, Hideo Sakaki

Fotografía: Jean Claude Larrieu

miércoles, 29 de octubre de 2008

Diario de una ninfómana

¡Vuelve la censura en el cine español!
DIARIO DE UNA NINFÓMANA


Hay que ver esta película desde el punto de vista del tremendo problema que sufre la protagonista. Con la autenticación de que es esta misma persona la verdadera víctima en la vida real, y la que escribió el “best seller” del mismo nombre que ahora se ha reflejado en el celuloide.
No es un film “X”, ni vulgar, para que nadie se confunda. Es la descripción real de la vida de una licenciada en estudios de marketing, y actualmente doctora en sexología y escritora, pero con un problemazo en su cuerpo: es ninfómana, léase “con furor uterino” según la RAE, y con lo cual nunca está harta de sexo.
¿Se imaginan?, !quién la aguanta¡ La búsqueda para saciar su satisfacción la hace dedicarse a la prostitución, de altos vuelos; vaya fracaso… pues en este ámbito el único que busca satisfacer sus impulsos es el hombre, y ella… se queda a “dos velas”. Soledades y silencios.
Ver la película servirá (a los hombres) para entender más a la mujer, y a las mujeres, para desprenderse de anclados prejuicios, y afrontar los problemas sin más.
Contada en primera persona, el film es cinematográficamente pasable (exceso de voz en off, algunas secuencias sobradas) y las interpretaciones suficientes para introducirse en la historia. Belén Fabra (Val, Valèrie, en la película y en la vida real), Llum Barrera (como su amiga), Ricardo Sbaraglia (su amor duramente frustrado), Ángela Molina, Pedro Gutiérrez, José Chaves, y la destacada colaboración de Geraldine Chaplin (en el papel de la abuela), son los principales actores de esta historia.
Christian Molina, el director, cumple justo con su cometido, en un film basado en el libro del mismo nombre, y escrito por la misma Valèrie Tasso, siendo “best seller” en más de 10 países, publicado en España en 2003 y traducido en 15 idiomas, y que… increíblemente han censurado su publicidad en empresas y medios de comunicación oficiales de la Comunidad de Madrid, en Telemadrid y en la cadena radiofónica de la Iglesia, la COPE. Precisamente esto ha servido para aurearlo de morbo, consiguiendo con ello mucha más taquilla. Lo contrario de lo que pretendían sus censores.
Censura en el siglo XXI, y de un problema sexual, que no de un vicio adquirido. ¡Increíble, oigan, increíble!

Valoración: **---
Juan Bertrán Brotons




Año de producción: 2008
País: EspañaDirección: Christian Molina
Guión: Cuca Canals
Música: Roque Baños
Fotografía: Javier G. Salmones
Distribuye en Cine: Filmax
Duración: 98 min.
Público apropiado: Adultos
Género: Drama

domingo, 19 de octubre de 2008

Quemar despues de leer

QUEMAR DESPUES DE LEER
La inteligencia es relativa

Ver trailer y página en español:
http://www.quemardespuesdeleer.es/#/trailer

Hilarante, burlesco e histriónico thriller de los hermanos Coen (No es país para viejos), que no deja indiferente a ningún espectador.
George Clooney, Brad Pitt, John Malkovich, Frances McDormand y Tilda Swinton entre otros, disfrutan y se divierten haciendo su papel, lo cual se refleja en sus interpretaciones, como artistas consagrados que son.
Es un film en que a todos los personajes parece que les “falta un tornillo”, se extreman las situaciones y los caracteres, sin caer en el guión burdo. Una comedia simplemente idiota, que no para idiotas.
Este film está inspirado en la novela homónima escrita por Stansfield Turner, ex director de la CIA en los años 80, lo cual permite ridiculizar a los Servicios de Inteligencia de los EE.UU. con total conocimiento.
El argumento se basa en un agente/analista de la CIA (Malkovich), que es citado a una reunión ultrasecreta, y se encuentra, con sorpresa, que el secreto de dicha reunión es, ni más ni menos, que para despedirle. Este reacciona poniéndose a escribir sus memorias y con la bebida. Mientras, su esposa (Tilda Swinton) tiene aventuras con un agente federal (George Clooney).

Pero el CD en que las graba se extravía, y es encontrado por casualidad en un gimnasio, donde unos empleados (Brad Pitt y Frances McDormand) quieren sacarle partido… El escenario se desmadra con situaciones de enredo que critican al límite la capacidad de la CIA y de unos mediocres agentes y demás urbanitas que solo piensan en vivir, en el placer y en el dinero para la cirugía plástica.
Realmente es una película sin demasiadas pretensiones, un film de entretenimiento para los Coen, con un reparto estelar.

Juan Bertrán Brotons
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Año de producción: 2008
País: EE.UU.
Dirección: Ethan Coen, Joel Coen
Fotografía: Emmanuel Lubezki

viernes, 3 de octubre de 2008

MAMMA MIA!

MAMMA MIA!
un musical como los de antaño

Las comedias musicales hace tiempo que no están en uso, por este motivo una gran parte de los espectadores no conocen dicho género que se cultivó antaño con gran éxito. Eran épocas de inocencia en el cine. Hollywood y sus musicales hacían que el público saliera de la sala “flotando” de ilusión. El cine musical era una de las pocas evasiones que se tenían para olvidar el día a día en los duros tiempos de posguerra y posteriores. Por este motivo ver Mamma mía! tiene el valor de conocer lo que veían nuestros padres y nuestros abuelos.
Este es el único motivo por el que ir a ver este film, y, claro está, para recordar las canciones de ABBA, las cuales nos alegrarán los minutos de visionado en la sala de cine.
Nada más que decir de una película que, a pesar del esfuerzo interpretativo (y físico) de los artistas, es de mediocre calidad. Incluso la fotografía hubiera podido mejorarse, desperdiciando con ello los bellos paisajes mediterráneos de las islas griegas. Los numerosos “gags”, intercalando secuencias amorosas y de baile, adornan suficientemente este musical al estilo de los de otra época.
Lo que me parece poco delicado, o poco respetuoso, es la manera que presentan a los habitantes de las islas griegas. Si tenemos en cuenta que la acción se desarrolla en el tiempo actual (quieren promocionar su hotel rural con páginas Web), a los protagonistas -americanos, ingleses…- los exhiben hermosos, altos, elegantes y preferidos, y a los humildes griegos (que hacen de comparsa en los bailes), los muestran como verdaderos palurdos, entrecejudos, vestidos de negro y “atrasados”. Es lamentable la falta de humildad de cierto cine norteamericano. Pero que le vamos a hacer… así es la vida.

Juan Bertrán Brotons

Año de producción:
2008
País: EE.UU.
Dirección: Phyllida Lloyd
Fotografía: Haris Zambarloukos

domingo, 21 de septiembre de 2008

El cine intimista de dos directoras catalanas

EL CINE INTIMISTA DE DOS DIRECTORAS CATALANAS:
ISABEL COIXET Y SILVIA MUNT



Según una base de datos de cine catalán[1], de 123 directores(as) de este país, solo hay 17 féminas, un escaso 14%; y de éstas solo dos que destaquen en el cine de largometraje. Ello dice mucho en cuanto a la preponderancia masculina en la producción cinematográfica, pero no en cuanto a su calidad, similar entre ambos sexos, aunque con más años y experiencia entre ellos, con lo cual tienen de momento terreno ganado. Por lo tanto las ventajas de los directores y las desventajas de las directoras, en cuando a productividad, son principalmente consecuencia directa del desigual desarrollo de la mujer en el mundo occidental.

Vamos a conocer aquí a dos directoras de cine procedentes de mundos artísticos radicalmente opuestos. Una proveniente del teatro y del ballet, Silvia Munt; y otra del sector publicitario, Isabel Coixet. Sus cines, ambos intimistas y dramáticos, son radicalmente distintos. Las técnicas cinematográficas y las puestas en escena delatan sus orígenes. Las dos hicieron sus cortos, documentales y TV movies.


Isabel Coixet Silvia Munt

Si en algo destacan en común es en el interés, esfuerzo y meticulosidad en la escritura y adaptación de los guiones. Saben escribir y contar historias, cuidando sus diálogos, la puesta en escena y, cámara en mano, todos los detalles en el rodaje de sus películas. Ambas directoras alientan a los actores para su total implicación en los personajes, dialogan con ellos y les dan tiempo para que asimilen sus papeles. Les dejan expresar e improvisar cuando están delante de la cámara, y “desaparecen” del plató para que trabajen en sosiego y florezca en ellos el espíritu creativo. La comunión entre directoras y actores es constante en las dos.

Los mundos que les gusta explorar son los íntimos de la pareja y sus comprometidas situaciones. Sus puntos de vista femeninos son reflejados en los guiones. Cómo reacciona el hombre frente a la mujer es una constante en los mismos. Ambas directoras describen la vida de sus personajes en los hogares y sitios de trabajo, adentrándose en las diferentes problemáticas, y en el devenir de sus existencias.

Los estudios psicológicos que en sus filmes hacen de la vida en común, desembocan en una enseñanza: la capacidad de cambiar de actitud es la base para superar los difíciles caminos de esta vida. Consecuentemente es loable ver las diferencias entre los personajes que ponen en escena, sus conductas, sus reacciones y sus maneras de afrontar y superar, o no, las dificultades.

Ambas, Isabel Coixet y Silvia Munt, experimentadas en documentales, cortos y televisión, son asiduas candidatas y ganadoras en los distintos premios de los Goya y demás festivales cinematográficos nacionales e internacionales. Se pueden consultar las biografías, menciones, premios y distinciones en Internet[2].


Por otra parte las diferencias entre ellas se concretan principalmente en los caracteres, las opuestas procedencias artísticas, y las desigualadas capacidades económicas entre ambas.

Isabel Coixet (1962) es más avispada, más imaginativa. Licenciada en Historia Contemporánea, procede del activo y muy competitivo campo de la producción publicitaria, en el que ella se ha convertido en un verdadero peso pesado internacional de esta industria, y con la cual ha sabido crearse un meritorio nivel económico que le permite plasmar su producción cinematográfica sin limitaciones financieras. Todo ello es una ventaja cuando se ha dedicado a producir largometrajes, pues tiene a su alcance todos los recursos técnicos y de puesta en escena que le son necesarios para reflejar su reconocida y meritoria capacidad artística, demostrada ya en su constante labor en el campo creativo-publicitario. Coixet escribe y dirige, pero no es actriz.

Por el contrario, Silvia Munt (1957) es más intelectual. Licenciada en Psicología, y Titulada en Ballet Clásico por la Royal Ballet de Londres, se cultiva básicamente en el ballet y como actriz y productora de teatro y televisión. Munt cuenta con menores recursos económicos (como ella dice “rasca de la vida”), pero ha demostrado que sabe crear cine en su primer largo, aunque no puede evitar la influencia del teatro. Munt tiene aún camino por recorrer. Su reto es aprovecharse de su experiencia en el arte teatral, y adentrarse aún más en el terreno cinematográfico, en la medida de sus posibilidades financieras, aunque, por descontado, esto no quita mérito alguno para hacer una producción, como la actual (Pretextos), de sobrada calidad para ser galardonada. Grandes directores han hecho obras de arte con pocos recursos.
“Dirigir es muy femenino porque hay que tener psicología y saber escuchar”, dice Silvia Munt. No le quito razón, y si al mismo tiempo le apasiona su trabajo, como lo demuestra, más futuro tiene en su haber. Munt, escribe, dirige e interpreta.

“Excusas para vivir”

Es interesante ver, a continuación, diferentes formas de enfocar la intimidad de las personas en dos filmes de referencia de estas autoras.


Pretextos, film de Silvia Munt, es un drama, no melodrama, en el que realiza la detallada descripción de unos seres refugiados en las evasivas (pretextos) para poder hacer frente a la vida cuando les falta amor. Excusas para vivir.
Seres con una cobardía latente, por falta de madurez, que les impide afrontar soluciones, como decidir la separación o recobrar el diálogo, solventar la relación con los hijos, encontrarse a sí mismos o huir de la traicionera monotonía, lo que les provoca una soledad de la que quieren evadirse. Cada uno de ellos se refugia en el trabajo, en las aficiones, en darse absolutamente a los demás, en los deslices o en la bebida… Los pretextos llegan a serles primordiales. ¿Qué sería de sus vidas sin pretextos?

En dicho film hay resonancias de Bergman, por la temática, y de Cassavetes por la incisiva mirada de la psicología de la mujer, así como de Wang Kar-Wai, por la atmósfera de ensoñación y tragedia en ciernes[3].

Como dice Silvia: “Detrás de la cámara estoy en tensión. Tensión que desahogo interpretando el personaje principal”. Es actriz, pero convertida ahora en flamante promesa como directora de largos deberá vencer la lógica tensión de la primera dirección y plasmar en mayor cuantía su propio estilo cinematográfico. Quiero adivinar que si sigue en esta trayectoria de esmero, va a superarse a sí misma en sus próximas producciones.

“La vida… ¡para vivirla!”


Mi vida sin mí, de Isabel Coixet, trata de una chica de vida humilde, subsistiendo en una monótona rutina diaria. Hasta que un día acude a una revisión médica y le descubren que le quedan escasos meses de vida.
¡Como le cambia la visión de su existencia!
¿Cómo será la vida sin ella?
Le queda poco tiempo para hacer lo que siempre, siempre quiso hacer.
Acepta su destino, pero comprende que debe vivir hasta el último aliento para satisfacer lo más anhelado por ella, y preparar cuidadosamente el futuro de sus seres para cuando ya no esté.
Isabel Coixet, directora y guionista, encontró este cuento de Nancy Kincaid en una librería, por casualidad, aunque cambió un hecho importante en la adaptación cinematográfica. En ella convirtió al personaje del relato en humilde heroína de la vida, pues no le contaba a nadie la proximidad de su muerte. De esta manera los podía ayudar y evitaba algo que creía innecesario: ir contándoselo a todo el mundo para causar compasión.
Es una historia triste, sin ser puramente dramática, llena de pequeños detalles que te hacen reír en escenas muy dolientes.

En el guión hay muchas cosas que no se dicen, están en el subtexto, lo que pasa entre la gente no se termina de contar: el propósito es que el espectador las descubra. Es un interesante entinema cinematográfico.

“Mi vida sin mí” es una película que se encuentra asistida con sobrados recursos técnicos (cámara lenta oportunísima, expresando alegría incontenida; cámara fija desplazándose lateralmente, para momentos de pensamientos íntimos; planos retardados; lluvia artificial en escenas románticas; etc.) que hacen las delicias de Coixet para plasmar sus pensamientos en el celuloide. Sin lugar a dudas hay ecos de Luchino Visconti en la puesta en escena, de la cual hace gala esta realizadora.

Básicamente Coixet en su cine intimista (ya se habla del “cine Coixet”) hace poesía de la vida, es más melancólica, y eleva fácilmente los sentimientos de los espectadores.
Munt, igualmente intimista, es más dramática e introspectiva en los personajes y describe las situaciones de una manera desnuda y sin florituras.

La una y la otra proporcionan su visión particular y estudiada del hombre. Sus puntos de vista femeninos son hartamente interesantes para el sexo opuesto.

Coixet ha producido ya seis largos intimistas, de corte más norteamericano. Denoto que sus últimas producciones se alejan del cine minoritario, para acercarse más a los grandes circuitos comerciales, pues está muy bien relacionada en el mundo del cine y, además, méritos no le faltan en sus obras. Mientras que Munt ha producido un solo film de largometraje que se acerca más al cine-arte europeo. Está empezando.

La trayectoria de Coixet en el cine es clara, va lanzada, reconociéndosela ya internacionalmente.
Por su parte Munt ha irrumpido recientemente en la cinematografía y habrá que esperar a sus futuras producciones para ver como evoluciona en cuanto a calidad y cualidades artísticas en este ámbito.

Sin lugar a dudas Coixet y Munt sirven de acicate para animar a las féminas catalanas en el séptimo arte, y de esta forma ayudar a equilibrar la desigual balanza entre sexos que existe en Cataluña. Ellas son buena muestra de ello y nos dan ejemplo con su cine creativo.

Juan Bertrán Brotons


[1]:
http://www.cinemacatala.net/DirectorsPublic.php
[2]: http://es.wikipedia.org, http://www.google.es, http://www.filmaffinity.com/es/main.html,
http://www.imdb.com, http://www.academiadecine.com/
[3]: Acertada referencia de J. Sardá (El Cultural 12/06/2008-pág. 23)

domingo, 24 de agosto de 2008

Mi vida sin mí, de Isabel Coixet


mi vida sin mí
la vida… ¡para vivirla!


Trailer:
http://es.youtube.com/watch?v=MnRuXmT5m5I

Imaginaros el personaje, una chica que pasa superficialmente por la vida, como tantas y tantos los hay, sin recursos económicos; que vive en una caravana en el jardín de la casa de su madre, trabajando de noche limpiando la universidad, con dos niñas que cuidar y un marido anhelando trabajo.
¿Un drama? No. Una realidad como otra. Ann, la protagonista, vive su vida con resignación y coraje. Quiere a su marido, con quien tuvo su primera hija a los 17 años, pero acepta su monótona existencia. Trabajo, una amiga obsesionada por la comida, o mejor dicho por no engordar; lavandería, cuidar de sus hijas, su marido, su madre refunfuñona, con la que no se lleva muy bien: dormir de día… y vuelta a empezar.
Hasta que un día acude a una revisión médica y le descubren que le quedan escasos meses de vida.
¡Como le cambia la visión de su existencia!
¿Cómo será la vida sin ella?
Le queda poco tiempo para hacer lo que siempre, siempre quiso hacer.
Acepta su destino, pero comprende que debe vivir hasta el último minuto lo que le queda de existencia satisfaciendo lo más anhelado para ella, y preparando cuidadosamente el futuro de sus seres para cuando ya no esté.

No he contado la película. Hay que verla. Profundizar en la actitud de la protagonista, en sus pensamientos, en todo lo que ocurre en ella.
Pensar que, realmente, su personaje puede ser en cualquier momento uno de nosotros mismos. Que cuando terminemos de ver el filme y nos levantemos de la butaca del cine o la de delante del televisor, nos acuciarán, simplemente, enormes deseos de vivir y de cambiar nuestra existencia, de aprovecharla, y reemplazar el superficial refrán “siempre se vive dos veces”, por “vamos a vivirla ¡ya!”.

Isabel Coixet, directora y guionista, encontró este cuento de Nancy Kincaid en una librería, por casualidad, aunque cambió un hecho importante en la adaptación cinematográfica. En ella convirtió al personaje del relato en humilde heroína de la vida, pues no le contaba a nadie la proximidad de su muerte. De esta manera los podía ayudar y evitaba algo que creía innecesario: ir contándoselo a todo el mundo para causar compasión.

Es una historia triste, sin ser puramente dramática, llena de pequeños detalles que te hacen reír en escenas muy dolientes.

En el guión hay muchas cosas que no se dicen, están en el subtexto, lo que pasa entre la gente no se termina de contar: el propósito es que el espectador las descubra. Entinema cinematográfico.

Si lo que buscaba Coixet era hacer florecer sentimientos, lo logró ampliamente en esta película escrita y dirigida por ella, y premiada con dos Goyas, uno al Mejor Guión Adaptado y otro a la Mejor Canción Original, así como una mención en el 53 Internationale Filmfestspiele de Berlín; Premio Ojo Crítico en su XIV edición por la sinceridad y sensibilidad de su lenguaje cinematográfico y, además, traducida en cuatro idiomas (occidentales y orientales).

Los personajes y sus intérpretes.

Sara Polley (Ann) se pasó dos meses en Toronto (Canadá) para comprender y asimilar a la protagonista y su entorno. Es una actriz que, según expresó, disfrutó con la original forma de dirigir de Coixet. Le daba confianza y libertad de interpretación, de esta manera, al no sentirse agobiada por la dirección, expresaba, precisamente, lo que esta quería.

Mark Ruffalo (Leo) representa a un personaje solitario que al conocer a Ann se le abre el corazón y le aleja el odio que se tiene a sí mismo. De sus labios Ann logra oír un “te quiero y estoy enamorado de ti”. Ruffalo desempeña una excelente interpretación.

Amanda Plumier es Laurie, la obsesiva amiga de Ann. Originalmente este personaje debía ser gordo, pero la misma Amanda convenció a Coixet para que le dejara hacer su papel siendo delgada, pues podría plasmarse perfectamente su obsesión por la delgadez, por la comida. Y lo logró. O sea, logró el papel e hizo una buena actuación.

Scott Speedman (Don), el marido de Ann. En la vida de este personaje las mujeres siempre la van a mandar…

Leonor Watling (la vecina de Ann) y María de Medeiros (la peluquera de Ann) completan este valioso y compenetrado equipo de artistas.


La dirección musical de Alfonso Vilallonga, y el haber elegido la melodía de los años 60-70, Senza Fine, de Gino Paoli, (
http://www.youtube.com/watch?v=RwCf8pivoTg&feature=related
y http://a3.vox.com/6a00c225236fb6f21900e398c0da4b0002-mp3), que es sencillamente cálida, tierna, dulce, italianamente triste y nostálgica, mantiene al film entre una sensación de melancolía y esperanza de vivir. Esta canción aún circula por la lista de los iTunes más escuchados.

La colaboración de Jean Claude Larrieu, es fundamental para completar la actividad de la directora que, sin pensárselo dos veces, le coge la cámara, la enfoca, la encuadra y graba. Los actores no saben quién les filma. La actividad de Coixet en el plató es incesante.

“Mi vida sin mí” es una película que se encuentra asistida con sobrados recursos técnicos (cámara lenta, oportunísima, expresando alegría incontenida; cámara fija desplazándose lateralmente, para escenas de pensamientos íntimos; planos retardados; lluvia artificial en escenas románticas; etc.) que hacen las delicias de Coixet para plasmar sus pensamientos en el celuloide.

El aval de Agustín y Pedro Almodóvar, a través de la productora El Deseo, para la ejecución de este film, demuestran la confianza de estos en la directora.

Valoración ****-

Juan Bertrán Brotons


Año de producción:
2003
Dirección: Isabel Coixet
Fotografía: Jean-Claude Larrieu
Distribuye en DVD: Filmax
Duración: 106 min.
Público apropiado: AdultosGénero: Drama

jueves, 21 de agosto de 2008

Triste agosto: Aviación caída, muerte de inocentes.


Da rabia pensar la realidad. Lo primero que hice al enterarme del horrible accidente aéreo en Madrid, fue telefonear a mi hija, que vive en Londres, y le dije: Hija mía, cuando tengas que volar cerciórate de no ir en compañías aéreas que estén en huelga, en proceso de reducción de plantilla, en venta por malos resultados, bajo presión de directivos y trabajadores, en caos organizativo, etc., pues a lo largo de mi existencia ya he visto varios graves y luctuosos accidentes de compañías aéreas en “mal estado”.

Desde lo más profundo de mi corazón quiero enviar el más honesto pésame a los familiares de los fallecidos. No hay palabras de consuelo, solo el recuerdo de sus seres queridos que perdurará eternamente en sus mentes.

Agradezco sinceramente las condolencias recibidas desde países lejanos, y siempre hermanos.

Un abrazo a todos.
Juan Bertrán